Chichí Lopez
El primer baquiano que me acompañó en mi trabajo en Maquenque en el 2004 fue “Chichí” Lopez, padre de Daisy Lopez, mi vecina y cocinera en el pueblo de Boca Tapada.
Según él mismo me contó, Chichí llegó de muy niño a la Zona Norte de Costa Rica. Su padre era policía y habia sido enviado a vivir con su familia a la antigua Colonia Penal de Boca San Carlos. Como creo haber comentado antes, Boca San Carlos es la pequeña comunidad donde el Río San Carlos desemboca en el Río San Juan, en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
Chichí había pasado toda su vida viviendo entre Boca San Carlos y Boca Tapada, un pueblo mas al sur que también se encuentra a orillas del Río San Carlos. Ahí fue donde conoció a su esposa, donde nacieron sus hijos, y donde desde hace varios años vive en una pequeña casa, al otro lado del río, frente al pueblo.
Chichí me ayudó como baquiano por un mes completo, así que oí muchas de sus historias en las caminatas que hicimos por los bosques y fincas del area oeste de Maquenque. Su principal negocio era hacer fletes en su rustica lancha, principalmente cruzar gente de un lado al otro del Río San Carlos. Según me había contado, cuando se hicieron las primeras exploraciones mineras a esa zona de Costa Rica, Chichí trabajó llevando el equipo y a los trabajadores desde Boca San Carlos hasta la entrada de la finca minera, San Juan arriba.
En las caminatas con Chichí siempre nos acompañó su perrita Chispas, la que tristemente se escapo al bosque una noche y “se la comió el tigre”. Una historia muy común para los perros de la zona.
Según él mismo me contó, Chichí llegó de muy niño a la Zona Norte de Costa Rica. Su padre era policía y habia sido enviado a vivir con su familia a la antigua Colonia Penal de Boca San Carlos. Como creo haber comentado antes, Boca San Carlos es la pequeña comunidad donde el Río San Carlos desemboca en el Río San Juan, en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
Chichí había pasado toda su vida viviendo entre Boca San Carlos y Boca Tapada, un pueblo mas al sur que también se encuentra a orillas del Río San Carlos. Ahí fue donde conoció a su esposa, donde nacieron sus hijos, y donde desde hace varios años vive en una pequeña casa, al otro lado del río, frente al pueblo.
Chichí me ayudó como baquiano por un mes completo, así que oí muchas de sus historias en las caminatas que hicimos por los bosques y fincas del area oeste de Maquenque. Su principal negocio era hacer fletes en su rustica lancha, principalmente cruzar gente de un lado al otro del Río San Carlos. Según me había contado, cuando se hicieron las primeras exploraciones mineras a esa zona de Costa Rica, Chichí trabajó llevando el equipo y a los trabajadores desde Boca San Carlos hasta la entrada de la finca minera, San Juan arriba.
En las caminatas con Chichí siempre nos acompañó su perrita Chispas, la que tristemente se escapo al bosque una noche y “se la comió el tigre”. Una historia muy común para los perros de la zona.
© Guillermo A. Durán
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