Ayer que venía en la lancha rápida de Leticia hacia Iquitos vi algo de lo más bonito que he visto en mis ya tres meses en el Perú. Algo de la magia amazónica. Me encontraba sentado en la ventana del transporte Golfinho (una lancha rápida acomodada tipo bus) que en 11 horas hace el trayecto por el Río Amazonas entre Leticia (Colombia) e Iquitos (Perú). A unas 6 horas de viaje la lancha se detuvo en un puesto militar llamado Pijuayal (acá al pejibaye le llama pijuayo, así que en tico sería "pejibayal") y en los minutos que se detuvo para bajar o subir pasajeros vi por la ventana un "peque" (otro tipo de embarcación amazónica con un motor de motogüadaña modificado para tener propela). En el peque estaba un niño indígena de unos 5-6 años y su mamá, ella tal vez era un poco más joven que yo. El peque estaba a unos 5 metros de nuestra lancha, también en el atracadero de Pijuayal. Como estábamos cerca pude ver que el niño...