Memorias Nicoyanas

Y pensé que ya los caricacos se había extinguido tanto como mis sueños de niñez. 

Pero tuve que retornar a la Nicoya de mi infancia para darme cuenta que no todo se había perdido... Aunque ya no tenemos que cruzar ríos y caminos de piedras para llegar hasta la costa, aún quedan playas sin turistas donde se puede caminar en la arena sin pisar chapas de botellas de cerveza y los cangrejos ermitaños son los dueños.







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