al viñedo de Steve Gliessman

Este pasado fin de semana viajé al sur de California, muy cerca de la imaginaria línea que divide lo que llaman northern california y southern california. El lugar donde fui era un rústico viñedo llamado Condor Hope unas 2 horas al sureste del pueblo de San Luis Obispo.

La idea del viaje fue ayudarle a un profesor de la Universidad de California en Santa Cruz (UC Santa Cruz) a recoger las uvas de su pequeña finca, las que él usa año a año para hacer vinos.

Fue un viaje largo de alrededor 5 horas en carro, algo cansado pero muy pintoresco. Ya poco a poco comienzo a ver interesantes los pastizales amarillos de California, los arboles de roble aislados, los valles grandes sembrados de hortalizas o uvas y el árido suelo del verano.

El profesor al que fui a ayudar (por invitación de un amigo mutuo) es Steve Gliessman. Fue una enorme y grata sorpresa conocerlo a él y a su esposa Robie. Don Steve resulta que ha estado trabajando en la zona de Coto Brus de Costa Rica (donde yo trabajé por dos años) desde 1970! Con un español perfecto él me explico que en Costa Rica principalmente ha trabajado en lo relacionado a caficultura. Desde 1980 trabaja como profesor en la UC Santa Cruz dando el curso de agroecologia y tiene no solo proyectos en Coto Brus, si no que en varias partes de México.

Una de las ideas principales de esta área de agroecología es poder llegar a tener una agricultura economicamente viable pero sostenible con el ambiente, y llegar a esta sostenibilidad a través del estudio de las relaciones entre las plantas y su ambiente.

Su esposa Robie trabaja en un proyecto de comercio justo entre la cooperativa de cafe de Agua Buena de Coto Brus (CoopePueblos) y UC Santa Cruz, esto aparte de trabajar en otro programa de intercambio de estudiantes con las familias de la Cooperativa. Como podrán darse cuenta las dos personas están totalmente inmersas con el campo y los campesinos.

Fueron dos días de piscar uvas. Steve, Robie y las demás personas que llegaron a ayudar se encargaron de la comida, bebidas y demás.

La noche fue hermosa... como estar en Guanacaste en la época seca: no habían nubes, temperatura fresca y un cielo estrellado que es muy difícil de olvidar.

Aunque siempre guardo mucha nostalgia por los bosques tropicales, la lluvia, el mar con agua caliente... no puedo negar ni un segundo que el paisaje árido californiano también tiene su magia .

Acá unas fotos del viaje (desde el carro):







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