Kapuscinski y el tiempo
Acá comparto una cita textual del libro Ébano del periodísta polaco Ryszard Kapuściński donde contrasta la percepción del tiempo entre la cultura occidental y la "africana" (que se podría también llamar "no occidental"):
El europeo y el africano tienen un sentido del tiempo completamente diferente; lo perciben de maneras dispares y sus actitudes también son distintas. Los europeos están convencidos de que el tiempo funciona independientemente del hombre, de que su existencia es objetiva, en cierto modo exterior, que se halla fuera de nosotros y que sus parámetros son medibles y lineales. Según Newton, el tiempo es absoluto: "Absoluto, real y matemático, el tiempo transcurre por sí mismo y, gracias a su naturaleza, transcurre uniforme; y no en función de alguna cosa exterior." El europeo se siente como su siervo, depende de él, es su súbdito. Para existir y funcionar, tiene que observar todas sus férreas e inexorables leyes, sus encorsetados principios y reglas. Tiene que respetar plazos, fechas, días y horas. Se mueve dentro de los engranajes del tiempo; no puede existir fuera de ellos. Y ellos le imponen su rigor, sus normas y exigencias. Entre el hombre y el tiempo se produce un conflicto insalvable, conflicto que siempre acaba con la derrota del hombre: el tiempo lo aniquila.
Los hombres del lugar, los africanos, perciben el tiempo de manera bien diferente. Para ellos, el tiempo es una categoría mucho más holgada, abierta, elástica y subjetiva. Es el hombre el que influye sobre la horma del tiempo, sobre su ritmo y su transcurso (por supuesto, sólo aquel que obra con el visto bueno de los antepasados y los dioses). El tiempo, incluso, es algo que el hombre puede crear, pues, por ejemplo, la existencia del tiempo se manifiesta a través de los acontecimientos, y el hecho de que un acontecimiento se produzca o no, no depende sino del hombre. Si dos ejércitos no libran batalla, ésta no habrá tenido lugar (es decir, el tiempo habrá dejado de manifestar su presencia, no habrá existido). El tiempo aparece como consecuencia de nuestros actos y desaparece si lo ignoramos o dejamos de importunarlo. Es una materia que bajo nuestra influencia siempre puede resucitar, pero que se sumirá en estado de hibernación, e incluso en la nada, si no le prestamos nuestra energía. El tiempo es una realidad pasiva y, sobre todo, dependiente del hombre.
Al igual que Kapuściński, Chris Marker también nos plantea esta dualidad de percepción de tiempo entre occidente y Africa en los primeros minutos de Sans Soleil, su película-documental-ensayo sobre la memoria. ¿Será que algo tan intangible pero tan real para nosotros como el tiempo puede tener significados tan diferentes? ¿o será eso que nos dice Kapuscinski y Marker simplemente una romantización occidental más de esas culturas tan admiradas y tan poco entendidas (tanto así que se agrupa toda con un solo nombre) del Africa?
Siempre me he preguntado por qué cuando niño el pasar de un año lo sentía más largo y pesado que como lo siento ahora a mis 35 años. La posible explicación - la racionalización - a la que había llegado es que para un niño de 5 años, un año significa una quinta parte de su experiencia total de vida. Pienso que internamente (psicologicamente ¿quizas?) "medimos-sentimos" ese periodo de tiempo, ese año, usando como base el total de nuestro tiempo vivido. Para el niño de 5 años, un año representa gran parte de su total vivido y es así como lo siente; para mi, un año es simplemente un treintaycincoavo de lo que llevo vivido, una fracción muchísimo menor que la del niño y por lo mismo es que la siento pasar más rápido.
Luego de leer los parrafos de Ébano copiados al inicio de este post, he llegado a pensar que esa racionalización sobre el tiempo y mi percepción hacia el, y ese cambio de cómo lo sentía pasar de niño a ahora como adulto, es simplemente un efecto del proceso de irme integrando a esta cultura occidental a la que pertenezco, y de la que quiéralo o no estoy atrapado. Es un efecto de mi-nuestro sesgo de buscar siempre esa única realidad, de esa idea de que todo puede ser explicable dentro del marco del método científico, de que todo es medible, cuantificable y administrable (y vendible!). El ser parte de esa "occidentalización" es lo que me ha hecho tratar de explicar de manera "racional" ese sentir del tiempo a lo largo de mi vida, algo que compararía ahora con perder la inocencia, con lo que erróneamente muchos llamarían "madurar".
Kapuscinski, a pesar de formar parte de esa cultura occidental, a pesar de saber que una hora está compuesta por 60 minutos, que a su vez cada minuto está compuestos por 60 segundos y de regir su día a día por esta métrica, logra liberarse y dar el paso afuera aceptando y respetando la manera "Africana" tan diferente de percibir algo tan "real" como el tiempo. Ese respeto hacia el sujeto que describe, que se nota tantísimo en sus escritos, de seguro que es algo por lo que en vida logró tanto reconocimiento como periodista, algo que me hace seguir leyendo aún con más ansias que antes sus escritos.
El europeo y el africano tienen un sentido del tiempo completamente diferente; lo perciben de maneras dispares y sus actitudes también son distintas. Los europeos están convencidos de que el tiempo funciona independientemente del hombre, de que su existencia es objetiva, en cierto modo exterior, que se halla fuera de nosotros y que sus parámetros son medibles y lineales. Según Newton, el tiempo es absoluto: "Absoluto, real y matemático, el tiempo transcurre por sí mismo y, gracias a su naturaleza, transcurre uniforme; y no en función de alguna cosa exterior." El europeo se siente como su siervo, depende de él, es su súbdito. Para existir y funcionar, tiene que observar todas sus férreas e inexorables leyes, sus encorsetados principios y reglas. Tiene que respetar plazos, fechas, días y horas. Se mueve dentro de los engranajes del tiempo; no puede existir fuera de ellos. Y ellos le imponen su rigor, sus normas y exigencias. Entre el hombre y el tiempo se produce un conflicto insalvable, conflicto que siempre acaba con la derrota del hombre: el tiempo lo aniquila.
Los hombres del lugar, los africanos, perciben el tiempo de manera bien diferente. Para ellos, el tiempo es una categoría mucho más holgada, abierta, elástica y subjetiva. Es el hombre el que influye sobre la horma del tiempo, sobre su ritmo y su transcurso (por supuesto, sólo aquel que obra con el visto bueno de los antepasados y los dioses). El tiempo, incluso, es algo que el hombre puede crear, pues, por ejemplo, la existencia del tiempo se manifiesta a través de los acontecimientos, y el hecho de que un acontecimiento se produzca o no, no depende sino del hombre. Si dos ejércitos no libran batalla, ésta no habrá tenido lugar (es decir, el tiempo habrá dejado de manifestar su presencia, no habrá existido). El tiempo aparece como consecuencia de nuestros actos y desaparece si lo ignoramos o dejamos de importunarlo. Es una materia que bajo nuestra influencia siempre puede resucitar, pero que se sumirá en estado de hibernación, e incluso en la nada, si no le prestamos nuestra energía. El tiempo es una realidad pasiva y, sobre todo, dependiente del hombre.
Al igual que Kapuściński, Chris Marker también nos plantea esta dualidad de percepción de tiempo entre occidente y Africa en los primeros minutos de Sans Soleil, su película-documental-ensayo sobre la memoria. ¿Será que algo tan intangible pero tan real para nosotros como el tiempo puede tener significados tan diferentes? ¿o será eso que nos dice Kapuscinski y Marker simplemente una romantización occidental más de esas culturas tan admiradas y tan poco entendidas (tanto así que se agrupa toda con un solo nombre) del Africa?
Siempre me he preguntado por qué cuando niño el pasar de un año lo sentía más largo y pesado que como lo siento ahora a mis 35 años. La posible explicación - la racionalización - a la que había llegado es que para un niño de 5 años, un año significa una quinta parte de su experiencia total de vida. Pienso que internamente (psicologicamente ¿quizas?) "medimos-sentimos" ese periodo de tiempo, ese año, usando como base el total de nuestro tiempo vivido. Para el niño de 5 años, un año representa gran parte de su total vivido y es así como lo siente; para mi, un año es simplemente un treintaycincoavo de lo que llevo vivido, una fracción muchísimo menor que la del niño y por lo mismo es que la siento pasar más rápido.
Luego de leer los parrafos de Ébano copiados al inicio de este post, he llegado a pensar que esa racionalización sobre el tiempo y mi percepción hacia el, y ese cambio de cómo lo sentía pasar de niño a ahora como adulto, es simplemente un efecto del proceso de irme integrando a esta cultura occidental a la que pertenezco, y de la que quiéralo o no estoy atrapado. Es un efecto de mi-nuestro sesgo de buscar siempre esa única realidad, de esa idea de que todo puede ser explicable dentro del marco del método científico, de que todo es medible, cuantificable y administrable (y vendible!). El ser parte de esa "occidentalización" es lo que me ha hecho tratar de explicar de manera "racional" ese sentir del tiempo a lo largo de mi vida, algo que compararía ahora con perder la inocencia, con lo que erróneamente muchos llamarían "madurar".
Kapuscinski, a pesar de formar parte de esa cultura occidental, a pesar de saber que una hora está compuesta por 60 minutos, que a su vez cada minuto está compuestos por 60 segundos y de regir su día a día por esta métrica, logra liberarse y dar el paso afuera aceptando y respetando la manera "Africana" tan diferente de percibir algo tan "real" como el tiempo. Ese respeto hacia el sujeto que describe, que se nota tantísimo en sus escritos, de seguro que es algo por lo que en vida logró tanto reconocimiento como periodista, algo que me hace seguir leyendo aún con más ansias que antes sus escritos.
Su comentario de la impresion de que se encuentra "atrapado" en una situacion negativa.
ResponderBorrarSi fuera el caso contrario y tuviera una percepcion del tiempo estilo africano, se encontraria mas bien atrapado en el subdesarrollo.