La Zona del Canal por Matias Costa
En febrero del 2014 el fotógrafo Matias Costa publicó en la revista Mare un fotoreportaje que retrata lo que es ahora la antigua Zona del Canal de Panamá. Sus fotos muestran tanto la infraestructura y paisaje del área como la vida actual de sus antiguos habitantes, conocidos popularmente como “zonians”. El digital de la versión impresa está en el blog de la agencia Panos y las fotos se pueden ver en la galería de la agencia.
Cuando viví en Panamá tuve la oportunidad de conocer a varios de estos “zonians”, en su mayoría personas entre los 30s y 60 años, hijos de estadounidenses que por motivos del trabajo de sus padres nacieron en la Zona del Canal, un territorio en el medio de Panamá que para ese entonces era parte de los Estados Unidos. También visité varias veces el caserío de Gamboa y otros barrios de la antigua Zona, todos localizados a las orillas del Canal y poblados con edificaciones diseñadas en esa arquitectura tan característica del Canal: edificios y casas en su gran mayoría de madera, de dos pisos, ventanas enormes, techos altos y jardines amplísimos. Luego de que en el año 2000 la Zona pasara a manos del pueblo panameño, muchos de estos edificios se han reacondicionado y se ven tan bien como seguramente se vieron en sus mejores tiempos, otros en cambio, han quedado en el abandono y esa humedad altísima, tan intrínseca de los trópicos, los ha ido deteriorando al punto de que se han ido perdiendo poco a poco entre el verdor intenso de la vegetación silvestre tropical.
A pesar de que la situación actual de Panamá sin duda es mucho mejor que en los tiempos del enclave, en mis visitas a la Zona (ahora llamada “área revertida”) sentí siempre cierto aire de nostalgia hacia ese pasado tan significativo de Panamá, nostalgia que sin duda se palpa en las fotografías de la Zona capturadas por Matias y se amplifica con los retratos de la vida actual de los “zonians”, ahora que muchos de ellos viven tanto fuera como dentro de Panamá.
Observo estas fotos desde mi interés por el choque y adaptación que han tenido las culturas de zonas más templadas al tratar de habitar la intensidad y frenesí tropical. En contraposición con el romanticísmo de Walden y fotógrafos como Ansel Adams, soy más de los que al igual que Werner Herzog consideran falsa esa idea de la armonía en la naturaleza, posición que Werner muy elocuentemente presenta en este inmortal corto del documental Burden of Dreams. En el bosque tropical, en su biodiversidad, en su enmarañada vegetación, pienso, es donde más claramente se nota esa enorme fuerza de la naturaleza, indomable, caprichosa y poderosa.
Desde tiempos antiguos las civilizaciones de climas más estacionales han querido confrontar y dominar esa enorme fuerza del trópico, con resultados en algunos casos más duraderos que otros. Me trae a la memoria la devastación sufrida en el Congo, donde las ruinas de esa intervención occidental fue retratada muy habilmente por Carl De Keyzer en su libro Congo (Belge) o en el más reciente trabajo y libro de Paolo Pellegrin y Alex Majoli llamado Congo. En otros casos, como la India, Singapur y la Zona del Canal, el concreto, las láminas de zinc, los rieles de los trenes y el césped traído por los imperios parecen haber ganado temporalmente este pulso a las lluvias torrenciales, inundaciones y mosquitos.
Sin duda esta supuesta ¨dominación¨ se ha logrado a través de la modificación del paisaje para asemejar en cierta medida los de sus lugares originarios, ya conocidos, ya manejados y manipulados. ¿Qué tanto se mantiene de ese reflejo de un pasado con fuertes trazos estadounidenses en las áreas revertidas, ahora que han pasado 16 años desde que se abrió la antigua Zona al crisol de culturas que es el resto de Panamá? Esta pregunta nos la contesta Matias en sus fotografías.
Finalmente, a la luz de este trabajo fotográfico vale la pena mencionar las palabras que una vez escuché de la arqueóloga iraquí Selma Al-Radi durante un almuerzo en la Estación Biológica Las Cruces y que dada la magnitud del Canal cobran un enorme peso: todas las civilizaciones son temporales, desde las más poderosas hasta las más pequeñas.
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