Las camas de mi vida. #4


Cureña. Río San Juan. Frontera de Costa Rica y Nicaragua. Año 2004

Detrás mio, a unos 30 metros, estaba el famoso Río San Juan, protagonista de varias disputas entre los vecinos países.

En la noche había llovido, se puede notar en el charco que se ve por la ventana.

Un pedazo de espuma doblada era el colchon de mi cama. La sabana que no mucho tiempo atras fue roja es mia, la blanca de abajo venía incluida con la cama.

El cuarto está en el segundo piso de la casa de la familia de Roberto (que desgraciadamente se me olvidó el apellido), del lado tico del Río San Juan. El primer piso de la casa era un corredor con hamacas, en el segundo piso estaban todos los cuartos. Lo habían dispuesto así para escapar de las llenas del San Juan, que según me contaron el agua llegó en varias ocasiones casi a tocar el nivel del segundo piso.

Cureña mas que un pueblo es una región, la zona de muy dispersas casas alrededor de la boca del Caño Cureña, donde desemboca en el San Juan. No hay camino entre las casas, solo por bote se pueden visitar.

De aquí era donde iba la mayoría de estudiantes al improvisado colegio de Boca San Carlos. Todos los días uno de los vecinos, muy preocupado por la educación de sus hijos, ponía de su propio bolsillo la gasolina y el bote para llevarlos y traerlos hasta el colegio, unos 40 minutos de viaje. Según me había contado, su esperanza era que el Ministerio de Educación le reembolsara el costo de la gasolina.

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