Las camas de mi vida. #5

        Boca Sarapiquí. Norte de Costa Rica. Año 2004

La familia Gongora me acogió por dos semanas mientras visitaba las fincas del lado oeste del Río Sarapiquí. Al igual que en los demás poblados yo les pagaba por el hospedaje y la alimentación, que casi siempre era arroz y frijoles con algún tipo de carne y yuca.

El catre era pequeño y el cuarto era como un galeron que le habían anexado al viejisimo edificio de madera donde vivían, en una pequeña loma a unos 300m del río.

Leía todas las noches con la ayuda de las candelas El Callejón de los Milagros. La primer noche leí hasta tarde, y recuerdo que una de las muchachas de la casa llegó a ver si era que yo me había quedado dormido con las candelas encendidas o si todavía estaba leyendo... una candela encendida en una casa de madera puede hacer estragos.

Al igual que todo el norte de la vertiente Caribe esta zona donde confluyen los ríos Sarapiquí y San Juan es sumamente húmeda. Era bastante incomodo cuando se tenía que salir de la casa entrada la noche porque con la ayuda de la luz del foco había que ponerse las botas de hule y sumergirse en los profundos barriales que rodeaban la casa…. y esto podía ser por algo tan sencillo como ir al pozo a sacar agua o por alguna visita al escusado de hueco de la propiedad.

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